El "Internet de los objetos" (IoT) ha sido un ámbito de innovación tecnológica que ha crecido exponencialmente en la última década.
Es probable que hoy en día participe en la Internet de las cosas sin darse cuenta. ¿Utiliza un reloj inteligente? ¿Su televisor está conectado a Internet? ¿Su frigorífico? ¿Tu coche? ¡Bienvenido al Internet de las cosas!
¿Qué es IoT?
Básicamente, Internet de las cosas es el conjunto de objetos conectados a Internet. Esto incluye wearables como smartwatches y dispositivos de realidad virtual, así como electrodomésticos, vehículos, cámaras, consolas de videojuegos o cualquier otra cosa que se conecte a la red, incluso cosas que no pueden conducir o mantener tus bebidas frías como portátiles y smartphones.
En cierto sentido, cuando tienes muchos dispositivos conectados a Internet, creas tu propio Internet de las cosas en casa o en la oficina.
Proteger el Internet de las cosas
El problema, sin embargo, es que todo lo que se conecta a Internet tiene vulnerabilidades de ciberseguridad.
No querrás que un hacker te robe los datos bancarios de tu portátil porque se ha infiltrado en tu cafetera. Afortunadamente, con algunas precauciones puedes mantener tu IoT funcionando de forma segura.
Estas son nuestras 7 mejores prácticas de seguridad en IoT:
1. Hacer los deberes
La seguridad de los dispositivos IoT puede variar enormemente. Un gadget cualquiera comprado en un sitio de crowdfunding puede ser un objetivo más fácil para los ciberdelincuentes que un aparato "inteligente" lanzado por un gran fabricante, aunque también puede ocurrir lo contrario.
Antes de comprar un nuevo dispositivo inteligente, dedica unos minutos a investigarlo. Busca opiniones de usuarios y comprueba si ha habido algún problema de seguridad o privacidad. Averigua qué tipo de funciones de seguridad tiene el producto y conoce sus vulnerabilidades.
2. Cambia las contraseñas por defecto.
Probablemente, el paso más importante que puedes dar para mejorar la seguridad de un nuevo dispositivo es cambiar inmediatamente sus contraseñas por defecto. Las contraseñas por defecto suelen ser extremadamente fáciles de descifrar (a menudo son "password"), pero mucha gente nunca da el sencillo paso de cambiarlas.
Cree una contraseña exclusiva para ese dispositivo que tenga al menos 12 caracteres y utilice letras, números y símbolos. Lo ideal es que la contraseña sea una cadena aleatoria de caracteres, no una palabra o frase reconocible. Utilice un gestor de contraseñas para que recuerde la contraseña por ti de forma segura.
Además, asegure cada dispositivo con autenticación multifactor (MFA) si es posible, porque esto añade otro nivel de seguridad que no puede ser violado incluso si un ciberdelincuente obtiene su contraseña.
3. Configura la privacidad a tu gusto
En cuanto enciendas un nuevo dispositivo inteligente, abre inmediatamente su configuración de privacidad y seguridad. Configúrelos a su gusto. Recuerda que muchos dispositivos tienen por defecto los ajustes menos seguros, y no debes asumir que esos ajustes por defecto son los que te gustaría tener.
Por ejemplo, es posible que tu dispositivo comparta por defecto tus datos de comportamiento y localización con el fabricante. Piensa con qué tipo de datos te sientes cómodo si tus dispositivos los recopilan y comparten.
4. Mantenerlos en la red de invitados
Muchos routers de Internet te permiten crear una red "de invitados", una red separada de la red principal que utilizan tus dispositivos domésticos y de trabajo. Siempre es inteligente mantener una red de invitados para cuando éstos quieran utilizar el wi-fi. Si el dispositivo de un invitado se infecta con un virus o malware, una red de invitados ayuda a mantener la desagradable programación a tu red y dispositivos.
Dado que la seguridad de los dispositivos inteligentes puede variar y cada uno puede crear un punto de acceso a todo lo demás conectado a Internet, es inteligente hacer que utilicen siempre una red de invitados para protegerse mejor. De este modo, si un atacante consigue acceder a un dispositivo inteligente, no podrá entrar fácilmente en tu red principal.
5. Estar al tanto de las actualizaciones
Además de cambiar las contraseñas por defecto, probablemente el siguiente hábito más importante para mantener seguro tu Internet de las cosas es mantener actualizados todos tus dispositivos. Cuando el fabricante publique una actualización de software, aplíquela inmediatamente. Las actualizaciones incluyen cambios importantes que mejoran el rendimiento y la seguridad de tus dispositivos.
A menudo, puede activar actualizaciones automáticas. Esto significa que tan pronto como una actualización esté disponible, su dispositivo la descargará e instalará automáticamente, aunque es posible que tenga que reiniciar el dispositivo para que la instalación se complete. Recomendamos utilizar las actualizaciones automáticas para todos los dispositivos, tanto ordenadores como dispositivos inteligentes.
6. ¿No utilizas una función? Desactívala.
Al igual que configuras tu privacidad según tu nivel de comodidad, piensa en qué funciones de un dispositivo utilizas. Los dispositivos IoT suelen incluir funciones que nunca necesitarás o utilizarás. Comprueba si puedes desactivarlas para proteger tu seguridad y privacidad.
Por ejemplo, ¿necesitas que tus seguidores de las redes sociales sepan lo fría que está tu nevera? Parece ridículo, pero muchos dispositivos están cargados de funciones que no siempre tienen sentido. Incluso si eso no te parece una tontería (quizá tu nevera es inherente a tu identidad online), ¿necesitas controlar tu nevera desde una aplicación para smartwatches? Es probable que haya funciones que no vayas a utilizar. Por lo general, cuantas menos funciones superfluas tenga activadas, más seguro será su dispositivo.
7. Presta atención a dónde colocas los dispositivos
Muchos dispositivos inteligentes incorporan micrófonos y cámaras, y a veces pueden activarse sin tu permiso. A veces esto lo provocan piratas informáticos, pero otras veces los dispositivos están diseñados así para recopilar datos. En cualquier caso, debes pensar dónde colocas los dispositivos inteligentes en tu casa.
Piense estratégicamente. ¿Los quiere en la habitación de un niño o en un lugar en el que tenga conversaciones delicadas de trabajo o familiares? Incluso puedes designar algunas zonas de tu casa como habitaciones "seguras", libres de dispositivos IoT.